Un niño, de noche, antes de ir a dormir, va a buscar su pijama en el armario. Está muy al fondo y muy oscuro, puso el cuerpo entero en la oscuridad. Sin querer, con el pie ¡¡¡ Bum!!! Quedó encerrado en el armario. Estaba allí, solo, oscuro, los padres habían salido a cenar con unos amigos y no sabía cuando volverían. Empezó a moverse y a darse golpes (sin querer) con las oscuras paredes. De pronto, oyó un ruido que le hizo estremecer, pero en seguida se enteró que solo era el gato. Escuchó la puerta de casa y empezó a gritar y a dar golpes. Sus padres le oyeron y lo rescataron. Aquella media hora se le había hecho eterna.
Martí
dimarts, 13 d’octubre del 2009
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